Lavar, secar, cortar en rodajas los calabacines y sofreírlos con aceite, con la cebolla y la albahaca picadas, en una cazuela que pueda ir al horno. Cuando estén a medio cocer, añadir los tomates pelados, sin semilla, y cortados en trocitos.
Mientras tanto, preparar la bechamel con la mantequilla, la harina y la leche, sazonar con sal y pimienta cuando espese y apartarla del fuego. Incorporarle los huevos y la mitad del parmesano rallado, mezclando delicadamente, y verterla sobre los calabacines, cubriéndolos completamente.
Espolvorear con el parmesano restante y poner a gratinar en el horno durante ¼ de hora.