Poner en una bandeja los cuatro pimientos y los cuatro tomates, separados unos de otros. Untar levemente con aceite. Introducir en el horno, a 175C, hasta que veamos que están hechos antes los tomates que los morrones. Pelarlos perfectamente, cortar en tiras y reservar, así como el jugo.
Con el aceite de oliva virgen, unas pocas gotas de vinagre y un poco de caldo, ligar una vinagreta escasamente ácida. Pelar y cortar en fina juliana la cebolla.
Disponer en cuatro platos pimientos y tomate, mezclados, y, por encima, juliana de media cebolla cruda. Espolvorear con la sal gorda marina, y rociar con vinagreta.