Con el azúcar y muy poca agua se hace un almíbar casi a punto de pasta. Se le agrega la mantequilla y las nueces del Brasil molidas. Se deja hervir un poco para que tome buena consistencia y se quita del fuego y se deja enfriar.
Se le agregan las quince yemas, las tres cucharadas de mermelada de damasco y se regresa al fuego mediano sin dejar de mover hasta que se despegue del fondo de la cacerola.
Poner en un molde pequeño de hornear previamente untado con mantequilla y se lleva al horno bien caliente, para que se tueste un poco por arriba. Se deja enfriar, se desmolda y se corta en cuadrados o en rombos.