Se ponen los guisantes en remojo en agua fría unas 12 horas antes de guisarlos, limpiándolos muy bien de piedrecitas, etc. En un cazo se pone agua fría (sin sal), la cebolla pelada y partida en dos, el codillo y el ramillete. Se dejan cocer despacio durante 21/2 a 3 horas. Se pasan los guisantes por el pasapurés. Se pone el puré obtenido en un cazo a lumbre mediana, se sazona de sal y se añade la leche caliente poco a poco, así como la mantequilla en varios trozos. Cuando está todo incorporado al puré, éste debe tener la misma consistencia que un puré de patatas. Se servirá como adorno del plato de carne o simplemente con salchichas fritas.