Se comienza por cocer los calabacines en una cacerola tapada y con poca agua durante 10 minutos o hasta que estén tiernas. Escurrir.
Moler los calabacines con la leche y el caldo.
Aparte saltear la cebolla en la mantequilla, en una cacerola grande, hasta que esté transparente, incorporar los calabacines molidos y sazonarlos con sal y pimienta. Tapar y dejar cocinar a fuego lento durante cinco minutos.