Se pelan los tomates y se ponen en agua hirviendo que los cubra durante 5 minutos, se bota el agua conservando una taza para licuar las frutas. Una vez licuado se cierne, se le agrega la leche y el azúcar; se bate a velocidad suave con un poco de hielo picado y se sirve.
Tomado del libro Gran Cocina Colombiana, de Carlos Ordonez