Bandeja de aluminio engrasada y forrada con papel encerado. Horno a 500

En un tazón pequeño combinar el azúcar y la canela. Aparte cernir la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato, la sal y revolver bien. Agregar la mantequilla y, con un estribo o dos cuchillos, cortar la masa hasta que se sienta arenosa y suelta.

Agregar leche agria poco a poco y revolver a medida que sea absorbida. Sobre una superficie con harina estirar la masa con un rodillo y darle la forma de un rectángulo; espolvorear una cucharada de canela con azúcar en el centro del rectángulo. Doblar a la mitad del rectángulo hacia el centro; rociar una cucharada de canela y azúcar. Estirar con el rodillo, tapar con papel plástico y poner en el refrigerador por 20 minutos.

Pasado este tiempo, estirar con el rodillo hasta conseguir 1½ pulgada de espesor. Con un cortador de 2 pulgadas cortar los panecillos. Rociar con la canela y el azúcar restante y hornear por cuatro minutos a 500. Bajar a 375 y continuar horneando de 10 a 12 minutos más. Retirar del horno y dejar refrescar.