Marina el cordero con el ajo, el romero, el aceite de oliva y el jugo del limón, y mételo en una bolsa grande al refrigerador por un par de horas.
Alista los demás ingredientes.
Prepara el cuscús cubriéndolo con líquido caliente (1 ó 2cm por encima) y el aceite de oliva.
Tapa y deja absorber por 5 minutos, agrega la mantequilla y los cubitos de pimentón.
Reserva y luego prepara el pesto.
Mezcla todos los ingredientes en la licuadora y procesa hasta lograr una pasta homogénea.
Pasa todo a un tazón pequeño y curbe la mezcla con papel húmedo para que no se oxide.
Saca el cordero del refrigerador 10 minutos antes de prepararlo, alista una sartén o una plancha calientes con un poco de grasa, salpimiente las chuletas y pásalas por la clara de huevo y por las nueces.
Una vez caliente la superficie en la que las vas a preparar, dora las chuletas por un lado, dales la vuelta y sirve.
El cordero no se demora mucho, de 3 a 4 minutos si te gusta rosado en el centro o de 5 a 6 minutos si lo prefieres más cocinado.
Sirve el cuscús tibio, las chuletas encima y el pesto al lado.
Puedes preparar también una salsa de yogurt con limón y menta si prefieres. El cordero y la menta son una combinación clásica, por último, para mezclar con el cuscús puedes poner uvas pasas, manzanas o cebolla caramelizada.
Recomendaciones de vino: Acompañe con un Riesling o un Merlot.
Recomendaciones de bebida sin alcohol: Acompañe con una limonada frappé con menta.