Se deja el maíz en agua durante 8 días, cambiándole el agua a diario. Se saca, se muele, se soba y se le agrega un poco de agua y sal para formar una masa suave. Se pone a cocinar en olla de barro, revolviendo con la caguinga hasta que esté a punto (que la masa no se pegue a la olla ni a la caguinga). Se sacan porciones y se envuelven en las hojas de maíz, se amarran y se cocinan en agua hirviendo por 30 minutos.
Tomado del libro Gran Cocina Colombiana, de Carlos Ordonez