Lavar los duraznos con cuidado, secarlos y colocarlos en un tazón. Agregar el vino y el brandy y suficiente agua fría para apenas cubrirlos. Dejarlos marinar por unos 45 minutos.

Preparar el relleno. Cortar el chocolate en trozos. Colocar una cacerola con un poco de agua a hervir y cuando esta suelte el hervor, apagar. En un recipiente de metal, colocar el chocolate y poner sobre el agua caliente, moviendo con cuidado de que no salpique agua adentro del chocolate, dejar que se funda y quede terso. Agregar la mantequilla, continuar moviendo a que se incorpore. Retirar del agua caliente y seguir removiendo a que el chocolate se enfríe ligeramente por unos 2 minutos.

Agregar la yemas de huevo, revolver a que se incorporen y la mezcla de chocolate empiece a tomar una consistencia un poco mas cremosa. Agregar el brandy y el extracto de durazno, mezclando bien.

Batir la crema en un tazón metálico frío con un batidor de globo o en la batidora hasta que empiece a espesar, agregar el azúcar glass y el azúcar granulada, seguir batiendo hasta que se formen picos duros.

Con cuidado, agregar el chocolate a la crema y mezclar con un movimiento envolvente.
Batir las claras de huevo hasta que estén firmes pero no secas y agregar a la mezcla del chocolate con mucho cuidado para que no se baje. Reservar en el frío.

Sacar los duraznos de la marinada, secarlos y rebanar la parte superior y la parte inferior a fin de que se puedan colocar sobre un plato y no se muevan. Insertar un cuchillo filoso y delgado y cortar alrededor de la parte donde se encuentra el hueso para extraerlo dejando un orificio lo más grande posible sin romper el durazno por la parte exterior.

Con la ayuda de una manga de pastelería o una bolsa de plástico rellenar los duraznos con el mousse de chocolate, dejando que este sobresalga por la parte de del durazno. Esto se puede hacer unas 3 horas antes de servirlos. Decorar con una galletita o merengue. Guardar en refrigeración hasta que se vayan a servir.